martes, 30 de octubre de 2007

El "Estado de Bienestar Social": más allá de la ideología

Jeffrey Sachs(*)

Uno de los grandes retos del desarrollo sostenible es combinar los deseos de prosperidad económica con la seguridad social. Economistas y políticos han debatido, por décadas, sobre cómo reconciliar el indudable poder de los mercados con la protección de la seguridad social.
Los economistas de EEUU partidarios del "enfoque de la oferta" afirman que la mejor manera para que los pobres alcancen bienestar es un rápido crecimiento económico y que cobrar impuestos altos, necesarios para financiar los programas de seguridad social, impediría la prosperidad. El economista austríaco Federico von Hayek sugirió que los impuestos altos serían el "camino a la esclavitud", una "amenaza a la propia libertad".
En EEUU, el debate está signado por la ideología y los intereses particulares de grupos de poder. Pero existe ahora gran cantidad de datos estadísticos para el análisis científico. Esto se hace comparando un grupo de economías de libre mercado que tienen impuestos y programas sociales moderados o bajos, con países que tienen "Estados de Bienestar" y altas tasas impositivas y programas sociales.
No es coincidencia que los países de altos ingresos y bajos impuestos sean anglófilos y tengan un linaje histórico con la Inglaterra del siglo 19 y sus teorías del "laissez faire". Son: Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y EEUU. En el otro grupo están Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia, que han sido gobernados por partidos social-demócratas de centro-izquierda desde la II Guerra Mundial. Combinan un saludable respeto por el mercado con un fuerte compromiso con programas contra la pobreza.
Los gastos fiscales para propósitos sociales son 27% del PBI en promedio para los nórdicos y solo 17% del PBI para los anglófilos. En promedio, los nórdicos superan a los anglófilos en casi todas las variables económicas: las tasas de pobreza son mucho más bajas y es más alto el ingreso nacional promedio de la población en edad de trabajar. El desempleo es casi el mismo en ambos grupos, siendo apenas superior en los nórdicos. La situación fiscal es mejor en los nórdicos, que tienen amplios superávits.
Los nórdicos mantienen su dinamismo a pesar de los altos impuestos debido a una serie de medidas. Una es el enorme gasto en investigación y desarrollo (I&D), así como en la mejora de la educación. Suecia y Finlandia, especialmente, están en la revolución de las tecnologías de la información y del conocimiento, ganando así en competitividad global. Suecia dedica el 4% del PBI a I&D, el más alto del mundo. En promedio, los nórdicos gastan el 3% del PBI en I&D, comparado con el 2% de los anglófilos.
Los nórdicos han hecho que el gasto social sea compatible con un sistema de mercado abierto y competitivo. Los impuestos al capital son relativamente bajos. Las políticas laborales hacia los trabajadores poco calificados implican una colaboración del Estado en áreas claves de la calidad de vida, tales como el cuidado de los niños, salud y apoyo a los viejos y discapacitados.
El impacto en la población más pobre es excelente, sobre todo cuando se contrasta con la negligencia "de mala gana" que ahora funge como política social en EEUU: de los países ricos, es el que menos gasta en servicios sociales para los discapacitados y pobres. Y cosecha lo que siembra: tiene la más alta tasa de pobreza y de población penitenciaria de los países ricos. Peor aun: al reducir el gasto en pobreza, EEUU obtiene incluso menos de lo que gasta, pues su dependencia en los servicios privados de salud ha creado un sistema destartalado que da resultados mediocres con enormes costos.
Von Hayek se equivocó. En democracias fuertes y vibrantes, un Estado generoso en bienestar social no es el camino a la esclavitud sino a la justicia, la igualdad económica y la competitividad internacional.

(*) Director del Instituto Tierra de la Universidad de Columbia (Nueva York). Asesor especial de Kofi Annan, secretario general de la ONU. Este artículo fue publicado en la revista Scientific American.

No hay comentarios.:

Seguidores