martes, 14 de julio de 2015

EL RETORNO A LA INTERIORIDAD: O CUANDO LAS RAZONES NO SE ENCUENTRAN EN CASA

1.      ¿Por qué las razones no se encuentran en casa?

Alexandre Damians y Belart es un salesiano catalán que tituló unas reflexiones sobre el Sistema Preventivo con el rótulo: “La pedagogía preventiva: captar e intervenir con sabiduría”.

Hay una gran ansiedad en diversos contextos educativos nacionales e internacionales con relación a la poca incidencia que la escuela tiene en los muchachos y muchachas de hoy.
No se sabe qué hacer ni de qué manera acometer la empresa siempre ardua de educar a la conciencia y a la libertad.

“No entienden…” “No se esfuerzan…” “No quieren aprender…” y ciertamente que no exageramos cuando hacemos estas afirmaciones. Nos interrogamos sobre el por qué de esta situación. ¿Por qué cuesta tanto a los alumnos de hoy pensar? ¿Por qué razonar e inferir consecuencias prácticas para su vida personal o social se ha vuelto tabú?

a.      Una generación postmoderna.

La sociología contemporánea ubica  la mayoría de nuestra generación estudiantil bajo la etiqueta de “generación postmoderna”.

Premonitoriamente, Edith Stein en el 1928 decía: “En la gran masa existe un rompimiento interior, una falta total de convicciones firmes y de fundamentos sólidos, un dejarse llevar sin rumbo y, como resultado de la insatisfacción de una existencia parecida, una “embriaguez” en placeres cada vez más nuevos y refinados”

Umberto Galimberti (2007) afirma intuitivamente: “Los jóvenes de hoy están mal (enfermos) porque un “huésped inquietante” se pasea entre ellos: el “nihilismo”, que penetra en sus sentimientos, confunde sus pensamientos, borra perspectivas y horizontes, debilita su alma y entristece sus pasiones”

 Un alumno (A) de secundaria posteaba hace en su facebook y le comentan dos de sus amigos (B y C):

“A:             Ta' mare ya no se ni q es bueno ni es malo ...!!!!
                  NN. se siente emo (mensaje adicional)
B:              me pareze ke tooz tamoz en laz mizmaz won !! XD
C:               oe no saber que es bueno y que es malo no es estar confundido?
ser emo es ver todo de negro i tristemente (Y)”

  
Rasgos del estilo postmoderno de vida

Sin duda alguna, lo postmoderno se identifica casi absolutamente con lo relativo, con el fluir de lo dado en el día. Nada queda, todo pasa. Todo lo que es, aparenta ser, pues cuando pasa la percepción… ya fue!

Una estrecha relación con la muerte caracteriza a nuestra juventud: Una reciente investigación del Instituto de la Gestalt de Lima afirma que “casi el 80% de los estudiantes de entre 12 y 17 años ha pensado en algún momento suicidarse… y que el 28% tiene depresión” (2007)

Los casos de bullismo estudiantil más frecuentes entre nosotros que no miden la consecuencia de los actos; el pandillaje adolescente que amenaza la vida del ciudadano común revela que “ese huésped inquietante” llamado nihilismo ya se pasea por las conciencias de nuestros muchachos con su secuela de desencanto, de poco aprecio cuando no de desprecio por la vida y por los demás valores que alguna vez consideramos universales y absolutos.

La generación postmoderna se descubre así misma huérfana y autodidacta, sin maestros, sin padres. A esta coyuntural relación educativa es la que Don Pascual Chávez – Rector Mayor- llama “emergencia educativa”. Las generaciones no se narran entre sí, no se reciben ni se entregan los testimonios, a la herencia ha sucedido la orfandad, sin caminos recorridos y sin metas por alcanzar. El joven de hoy vive expuesto al sin sentido como único modo de sentido. No sabe de dónde viene ni adónde va.

Una educación marcada por el sesgo capitalista que premia con la nota deja indiferentes a los alumnos de hoy. Dice  Amanda Halvorson en un diario norteamericano: La mayoría de estudiantes hoy en día dicen que no se esfuerzan más porque siente que no tiene sentido”…Y lo dicen también a todo el tiempo a sus profesores: Por qué tenemos que hacer esto? Es inútil! y no me servirá de nada en la vida todo esto!” se ven urgidos por sus mismo padres: “Esfuérzate! Logra buenas notas; en vez de escuchar un: Esfuérzate! y amplía tus horizontes” SHAPIRO H. Svi, Losing heart. The Moral and Spiritual Miseducation of America’s Children (2006), p. 11 (Trad. Nstra.)

b.      Sensorialidad – sensualidad – arracionalidad

Nuestros muchachos viven en las ventanas de su conciencia: los sentidos. La información que procesan es prevalentemente fenoménica: tantas imágenes, tantos ruidos (voces, músicas, canciones, audio-vídeo, vídeo-juegos).
Su mente construye relaciones entre imágenes de diverso tipo y de diferente connotación. Es imposible que posean una visión del mundo y de la vida, un cuadro de valores, una jerarquía de principios.
No han llegado a pensar racionalmente allí donde solo funcionan imaginativamente.

Hay un déficit de racionalidad en la experiencia humana de nuestros muchachos/as, y por ende, hay una resistencia a una escuela libresca, centrada en el texto, o pretendiente de argumentaciones y de razones.

Hay ausencia de razón para razonar las razones de vida. No es un trabalenguas. Pretende ser una descripción de un comportamiento bastante difundido entre nuestros alumnos que va lacerando sus vidas con llagas de aburrimiento, de dejadez y apatía.

Los jóvenes de hoy no usan brújula, sino radar. Es decir, el joven que conocemos se ve expuesto a cambiar de posición según las circunstancias y las conveniencias. No hay estabilidad ni en la palabra que ofrece, ni el compromiso que promete. ¿Es que podría haberlo con la empaquetadura nihilista con la que viene parametrado?

Este bambolearse entre principios que no lo son más y tentativos de darse un norte a la vida, hacen que decaiga la esperanza. La capacidad de aceptar que hay un sentido y un derrotero para todo esfuerzo ligado a la libertad personal.

Esa falta de esperanza –afirma el Papa Benedicto XVI- deja a la persona sumida –mejor decir consumida- en la tristeza, en la indiferencia y en la abulia”.

Es el indicador de (no) logro que el hedonismo, el consumismo y el activismo realiza en las conductas de las personas. Incluso nosotros no podemos decir que nos veamos exonerados del pago al tributo del non sense.

2.      La preventidad razonable: ¿me entiendes? ¿me dejo entender? o ¿Cómo llego a ti a quien no entiendo?

El Sistema Preventivo del carisma salesiano apela a la razón en el sentido más humanista posible. Cuando Don Bosco habla de la razón, no tiene en mente absolutamente los desvaríos de la filosofía moderna ni idealista a él contemporáneos.

La razón del Sistema Preventivo se enlaza a la tradición escolástica enriquecida con el fuerte humanismo de San Ignacio de Loyola y sobre todo, de San Francisco de Sales. Es una razón en la que el sentimiento y el afecto no son sus enemigos, sino sus mejores aliados para estimular y anhelar el mejor bien posible y rechazar toda forma de mediocridad. Daniel Goleman habría sido muy leído por Don Bosco.

No se trata de esperar que el educando se ponga a mi nivel: ¿me entiendes?

Ni siquiera que logre aproximarme con mejor buen voluntad y humildad a su mundo: ¿me dejo entender?

Tal vez se trate de salir en busca de su corazón con la actitud del Padre de la Misericordia de la Parábola lucana. Salir al encuentro de una mente que razona desde sentimientos y emociones. Salir al encuentro de una persona necesita de tramos más largos para descubrirse a sí misma más allá de sus emociones y rabietas. ¿Me dispongo a comprender tus mensajes? ¿a hallar en ellos tu palabra? ¿Logro sentirte para comprenderte? ¿Logro comprenderte para anunciarte un mensaje nuevo y vital?

Se trata de abrir la trocha de la sensualidad que permita entrever el panorama de la interioridad. Se trata de recuperar el mundo interior para nuestros muchachos. Posiblemente, el nuestro propio.
  
3.      Retornar a la interioridad por las razones del corazón

Hay mucha soledad en el alma de nuestros muchachos/as. Hay una gran necesidad de afirmarse a sí mismos porque presienten esa peculiaridad que acompaña a sus vidas, y al mismo tiempo, se siente maniatados desde dentro para confiarle a los adultos sus temores, y su poca capacidad para soñar. Si quisieran soñar no saben para qué.
La razón que postula el Sistema preventivo es una disposición crítica del espíritu humano que busca conocer la verdad de las cosas. La verdad de las personas, la verdad de sí mismo, la verdad de Dios.

Se trata de iniciar al muchacho/a de hoy a viajar al país de su mismidad con ejercicios de silencio, de reflexión y de redacción acerca del panorama que se presenta cuando se pone a pensar:

“Siempre he pensado que la religión es para quienes viven sin preguntas. Para los que creen que este mundo, de cielo gris eterno, se hizo en siete días. Para los que piensan que su esposa, querida y odiada, salió de una de sus costillas.
Por ejemplo, en mi salón de clase hay XX adolescentes, de los cuales, estoy seguro, HH sólo viven y sólo 3 preguntamos -le dejó el beneficio de la duda a mi mejor amigo, quien tampoco pregunta pero siempre me apoya-. Debe ser maricón, por eso pregunta de sexo. Debe ser ateo, por eso pregunta de religión” (Un Alumno del Colegio SFS, en su blog de julio 2010).

Se trata pues de suscitar una racionabilidad crítica que no tiene que ver con una actitud criticona e insatisfecha de la vida. Se trata de abordar la credibilidad y la maravilla del mundo físico en sus micro y macro universos. Se trata de darle a la cientificidad de la palabra su espacio y su verdad.

Al mismo tiempo, una racionabilidad crítica, que aprende a mirar lo humano con un ojo distinto con el que mira la célula, y se abre a esa red más compleja de significados con respeto y admiración. Lo humano se contempla, no se analiza fríamente.

Este tipo de racionabilidad acaba por descubrir lo humano con tanta admiración que se vuelve su fan número uno. Se dispone así a promover y a defender los Derechos Humanos. Es un ejercicio racional que apunta hacia una eticidad.

Una proclamación furiosa que lo bueno y lo noble es lo ordinario del hombre y de sus destino; que la mentira, la mediocridad, la promiscuidad son apagones de sentido, nunca su mejor cumplimiento.

Se trata, pues de acompañar al joven al encuentro consigo mismo, se trata de permitir que quede expuesto al sol de su propio interrogante y que de ese ardor, le venga una erisipela que le haga buscar el frescor de la verdad pensada, vivida y amada.

Educar es cosa del corazón, es una frase muy conocida de Don Bosco. Para lograr educar en una racionabilidad crítica es necesaria la confianza incondicional del educando en su educador, ello implica, la radical disponibilidad del educador a viajar al lado del muchacho.

Lo racional se alcanza por la vía de la amistad educativa. No cualquier amistad logra la meta educativa en el sistema preventivo. Sólo la amistad educativa.

El afecto sea entendido como especial benevolencia por la infinita posibilidad de ser que tiene todo muchacho/a mientras tiene un atisbo de tiempo y de libertad. No frases definitivas, siempre un elogio oportuno; una salida a los diferentes atolladeros de la conducta díscola o confusa; siempre una palabra que orienta no que le resuelve la vida, sino que lo ubica en el camino mejor para la elección más libre.


Una racionabilidad crítica demanda grandes espacios de diálogo para escuchar y para reflexionar el sentido de los hechos, de las palabras, de los gestos, de las situaciones, de los dramas interiores.

Una racionabilidad que aguarda la llegada del concepto, porque cual larva que deviene en mariposa para volar en libertad, está fraguando la fuerza de su sentido, en un instante de contemplación; así como el girasol expone lo mejor de su flor siguiendo silenciosamente la ruta del sol; así la razón se orienta y florece ante la luz de su Creador. Cuando la razón comienza a saber, empieza a callar en su pretensión de apoderarse del sentido, entonces contempla, entonces es.

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